Cursos para aprender a divorciarse y crujir al marido fascista

Y si el marido no es fascista, ¿no vale?

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Lo que mana a chorros de posturas y anuncios como el que reproducimos arriba no es un odio cualquiera. Es un odio espeso, crujiente, es una saña que saca chispas con sólo rozarla. El día en que éstas pudieran volver a montar checas, no tengan la menor duda de que las montarían.

Lo que dice este anuncio ya lo sabíamos; pero aquí lo dice con una claridad y una vileza inauditas: apelando al fraude de ley para aprovechar los menores recovecos legislativos con el noble fin de «sacarles hasta el último euro a los maridos fascistas».

Y, para todo ello, doña Sagrario Fernández. (¡Sagrario, por Dios, se llama la dulcinea!) se dedica a organizar cursos no presenciales, que a 50 euros por empoderada alumna tampoco es mal negocio.

A estas mujeres (y a algún planchabragas que siempre hay por ahí) no les basta el resquemor que como tufo maloliente brota de su vagina. No tienen nada mejor que hacer en la vida, de modo que se dedican a amazacotar su resentimiento para expandirlo, fomentarlo, difundirlo, instilarlo  a sus hermanas. ¡Que todas las mujeres odien y desprecien a los hombres! ¡Que la mitad de la humanidad luche a muerte contra la otra mitad! Tal es el ideal que rige para ellas.

Lean, si no, lo que proclama la tal Sagrario Fernández encima del anuncio que hemos reproducido:

«En este curso aprenderás a divorciarte de tu marido. Aprovecharte de la ley de “Sí es sí”, y ganar al juez para que te den la razón.»

«¡Juntas somos más fuertes!» [y le mete un morado corazoncito].

«¡Juntas contra el heteropatriarcado fascista!» [y vuelve el corazoncito]

Todo lo cual lleva a la cuestión molar: al parné.

Sólo por 50 € por sesión virtual, doña Sagrario ofrece:

«TE ENSEÑO A DIVORCIARTE Y SACARLE HASTA EL ÚLTIMO EURO A TU MARIDO FASCISTA»

Y si el marido no es fascista, ¿no vale?


Y AHORA NUESTRA CONFESIÓN

La cuenta @Sagrab1955 (en X), de donde procede este anuncio, es una cuenta parodia. Pero podría perfectamente no serlo. Usted mismo, estimado lector, ¿no la ha tomado en serio? Quítese algo de intemperancia a la forma en que expresa el odio hacia los hombres, y ahí está lo que piensan —y hacen, por poco que puedan— las empoderadas hembristas LGTBIQ+.

Este anuncio es (todavía) una parodia. Pero pronto, si las cosas no cambian, dejará de serlo.


Las mujeres progres divorciadas no pueden vivir
sin crujir a sus maridos fascistas. Pero...

 


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