El artículo de Aleksandr Dugin es particularmente importante. Hasta podríamos decir: históricamente importante. En medio del más encarnizado conflicto bélico, alza la voz y levanta su estatura para reclamar "la Idea". Nada menos que la Idea. una Idea, una concepción del mundo, un nuevo aliento espiritual que permita sostener lo que Rusia, frente al Occidente liberal, individualista, desacralizado y degenerado, está defendiendo.