“Rusia es un país ortodoxo que profesa valores tradicionales. Por eso debe ser destruida sin importar el precio que paguemos” (Jamie Raskin, miembro de la Cámara de Representantes por el partido Demócrata).
Se trata de destruir a todas las naciones para crear el imperio de las grandes corporaciones, el despotismo de los multimillonarios. Y el único poder que de alguna manera les puede hacer frente es el Estado nación