Lo de Irlanda no es tan grave: lo politico del euro lo amortigua

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El factor político más importante y menos captado de la implantación del euro tiene vigor suficiente para mantener lo esencial de la Unión Europea de una vez por todas y para siempre. Ese valor político lo captó la Dama de Hierro con su famosa frase “Introducirnos en la moneda única sería hacernos entrar en la Europa federal por la puerta de servicio”.
 
Penetrante fue la frase y es que cualquier retroceso legislativo que deje intacta la moneda única encontrará en esta un freno suficiente para tranquilizar a los más acendrados europeístas.
 
De entrada, el euro permitió la aplicación del artículo primero del Tratado de Roma, que estaba en suspenso porque los gobiernos comprendían que la libertad de movimiento de capitales con monedas distintas anulaba los fines que se perseguían con la eliminación de aranceles intracomunitarios.
 
Por esta razón la UE no aceptó la tercera libertad hasta que apareció el proyecto de la unión monetaria. Era indispensable la unión monetaria para que la movilidad de capitales tuviera sentido y eficacia. La desgracia que ha acompañado a este evento es haber puesto la administración de esa moneda en manos que aún no han captado el hecho de que no vivimos en inflación sino en estanflación. La inflación típica era alza de precios con alza de actividad y cuando esta actividad creaba demanda superior a la capacidad de respuesta del equipo se producía la inflación de siempre y el remedio natural y típico era restringir la actividad hasta adaptar la demanda a la capacidad de respuesta del equipo existente. Y por ello y para ello era remedio lógico elevar los tipos de interés.
 
La situación de ahora es alza de precios con descenso amenazador de actividad y al aplicar el remedio propio de la situación anterior se comete la aberración y se aumenta el daño. Es lo que hace Trichet en medio de una indiferencia que ha tenido por fortuna una reacción en contra de ZP y empieza dentro del mismo consejo a hacerse pública la agresión continuada y con posibilidades de aumento que desarrolla ese nefasto ignorante.

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