Al cumplirse su primer año en el poder
Barak Obama, heredero de una pesada carga
El presidente Obama se ha quedado corto al calificar el asesinato en Fort Hood de trece militares y herir a más de treinta como un «acto irracional». Sin que sirva para establecer comparaciones, no dista mucho este calificativo de la interpretación que el presidente del Gobierno español, Rodríguez Zapatero, dio cuando ETA rompió la tregua trampa con el atentado de Barajas y referirse al hecho como un «accidente». Cabría preguntarse si se trata de un lapsus linguae o de una simple metedura de pata producto de la ausencia de una reflexión previa que hubiera impedido expresar lo que realmente no estaba en la intención. ¿Dos actos fallidos?