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Tribuna

¿Es importante la astronomía en nuestra cultura?

por Antonio Martínez

Siempre he sentido una gran inclinación por la temática astronómica. De hecho, el primer libro que tengo conciencia de haber adquirido como propio, con trece años de edad, fue un volumen titulado El Sistema Solar, de la Biblioteca Salvat de Grandes Temas. Y, al menos en mi caso, la astronomía y la cosmología han cumplido siempre una función que podríamos llamar "terapéutica": en momentos de inestabilidad psicológica y de zozobra personal, volver los ojos hacia las estrellas me ha servido más de una vez como tabla de salvación en medio de este o aquel naufragio o fracaso íntimo.

O lo que es lo mismo, un ecumenismo antes de tiempo

El paganismo: un ecumenismo "avant la lettre"

por Juan Pablo Vitali

¿Por qué personas que profesan una religión como la católica, hoy en día tolerante con casi todo el mundo, se rasgan las vestiduras si alguien evoca un eventual retorno de los dioses paganos? ¿Por qué tanto asombro cuando, ante la despiadada destrucción de la cultura europea, algunos europeos tienen el atávico reflejo de volver a sus orígenes más remotos?

Si al menos se quedaran en el zoo...

Monos espabilados

por Damián Ruiz

Decía Carl Gustav Jung que el proceso de civilización consistía en la domesticación de lo animal en el hombre. Sabemos que para la buena organización de un organismo humano en su interacción tanto interna como con el mundo externo es necesario que la razón, el logos, predomine sobre el sistema nervioso vegetativo para que pueda regularlo, y que además este logos integre, y canalice sin reprimir, los elementos primitivos que subyacen en nosotros, y al mismo tiempo sea imbuido por un espíritu superior y trascendente, proveniente este último ya de una concepción religiosa o de la creencia-sapiencia en un componente sagrado que participa de la esencia de lo humano.

A vueltas con estas pobres crías

Las góticas hijas de Zapatero

por Antonio Martínez

Hace un par de años, en un curso de 4º de la ESO, tuve una alumna "gótica": siempre vestida de negro, con los ojos pintados de negro, con cadenas, crucifijos, ropajes extravagantes, cinturones anchos y toda la parafernalia que habitualmente se asocia con esta conocida tribu urbana. Y, contra lo que alguno pudiera sospechar, se trataba de una chica muy correcta y educada, y de las pocas que realmente prestaban atención en clase.

¿Quién está fuera de la realidad? ¿Ellos o nosotros?

La realidad siempre supera a la ficción

por Juan Pablo Vitali

Es curioso que nos tilden a nosotros, los que queremos ir contra la muerte del espíritu, de soñadores, de nostálgicos, de estar fuera de la realidad. Y resulta curioso porque esa realidad cotidiana, la cruelmente materialista, es mil veces más onírica, más ficticia, más inestable y ridícula que la nuestra, que pretende defender también el plano espiritual de la existencia. Pero, claro, el secreto de la vigencia de este patético sentido del mundo, es justamente que la mayoría de las personas no lo perciba así.