Cuando la historia ilumina el presente
Cataluña victima de sus demonios internos
Durante la II República, el movimiento pendular de Azaña en relación con el Estatuto de Cataluña osciló desde el padrinazgo con que lo avaló para que fuera aprobado en el Parlamento español en 1932, hasta su tardío abatimiento en los días del calvario laico que le tocó vivir en tierras catalanas durante la guerra civil, pasando por la rebelión de octubre de 1934, cuando Companys proclamó el Estat Catalá dentro de la República Federal española, echándose por montera la Constitución al amparo de la cual había nacido el Estatuto.