BERLÍN, 20.11.2024. No, no se trata de que judíos y homosexuales tengan que ponerse algún distintivo de, por ejemplo, color amarillo. Se trata de lo contrario: se les pide es que se hagan pequeñitos, casi invisibles, que disimulen su existencia. O, mejor aún, que eviten simplemente poner los pies en determinados barrios de las grandes ciudades.
Así se lo ha aconsejado jefa de la policía de Berlín, Barbara Slowik, al declarar que es conveniente que ni judíos ni homosexuales se aventuren en determinadas zonas de la capital alemana. Al hacerle el Berliner Zeitung la pregunta cuya respuesta usted ya se está imaginando: «¿Quién representa un peligro para judíos y homosexuales?», su respuesta fue obvia: «Hay ciertos barrios con mayoría de personas de origen árabe que también simpatizan con grupos terroristas. Allí se expresa un antisemitismo abierto contra las personas de fe y origen judíos». Sabe de lo que habla: al igual que en muchos países de Europa, desde el 7 de octubre de 2023 el antisemitismo se ha disparado en Alemania, habiéndose practicado más de 6.000 investigaciones sobre actos antisemitas. Y otras, aunque en menor número, sobre actos homófobos.
Las mujeres, otras apestadas
Ante el vertiginoso incremento de agresiones sexuales de que son víctimas las mujeres, también las solícitas autoridades piensan en adoptar medidas de protección... que nada tienen que ver con combatir la causa del mal. Como no se puede pedir a las mujeres que se queden encerradas en casa o que, saliendo con un burka a la calle, dejen de excitar el libidinoso apetito de «las personas de origen árabe», se ha pensado en otra cosa: en instaurar una especie de apartheid en los transportes públicos, estableciendo vagones destinados al uso exclusivo de las personas del bello sexo, como se decía en tiempos en que, ir por la calle, no significaba para ellas ningún riesgo de agresión o violación.
En serio, lo han pensado y discutido en serio: no es ningún bulo. Otra cosa es que se decidan a establecer dicho apartheid.
Multa de más de 3.000 €... por colocar un abeto navideño
El hombre se fue y sin decir nada a nadie colocó un abeto navideño (no, ni siquiera un Belén) delante del parvulario al que van sus hijos y que, curiosamente, había dejado de colocar este año el habitual árbol (sí, en Alemania solemos colocarlos muy temprano).
Y por eso lo han multado con más de 3.000 €.
Porque semejante signo navideño, el más típico de la cultura alemana, ofendía a los niños que, procedentes de «la diversidad», como dicen en Francia, o de «Jovenlandia», como se dicen en España, acuden a dicho parvulario.
Y, de nuevo, no es ningún bulo.
La AfD, otra apestada
Quien persigue al partido patriótico Allianz für Deutschland, quien lo amenaza de muerte, es esta vez el propio régimen democrático. Sus fuerzas políticas ya han presentado en el Parlamento el proyecto de ley destinado a prohibir la que es la segunda fuerza política de Alemania. De este modo, no podría participar —y hacer temblar el Sistema— en las elecciones que tendrán lugar el próximo 23 de febrero (sí, el 23-F, precisamente...).
Queda por ver, sin embargo, si tendrán finalmente agallas para cometer una tropelía de tal calado. Sobre todo si se acuerdan de que una prohibición similar efectuada en 1923 acabó dando una espectacular victoria, diez años después, al partido que había sido prohibido.
Hoy no les vamos a hablar de nuestra revista preferida (la pueden descubrir aquí)
Hoy les queremos recordar que aún nos quedan algunos ejemplares (pocos) de nuestra anterior revista.
¡Cómprenlos antes de que se agoten!