Autor:

Juan Pablo Vitali

O lo que es lo mismo, un ecumenismo antes de tiempo

El paganismo: un ecumenismo "avant la lettre"

por Juan Pablo Vitali

¿Por qué personas que profesan una religión como la católica, hoy en día tolerante con casi todo el mundo, se rasgan las vestiduras si alguien evoca un eventual retorno de los dioses paganos? ¿Por qué tanto asombro cuando, ante la despiadada destrucción de la cultura europea, algunos europeos tienen el atávico reflejo de volver a sus orígenes más remotos?

¿Quién está fuera de la realidad? ¿Ellos o nosotros?

La realidad siempre supera a la ficción

por Juan Pablo Vitali

Es curioso que nos tilden a nosotros, los que queremos ir contra la muerte del espíritu, de soñadores, de nostálgicos, de estar fuera de la realidad. Y resulta curioso porque esa realidad cotidiana, la cruelmente materialista, es mil veces más onírica, más ficticia, más inestable y ridícula que la nuestra, que pretende defender también el plano espiritual de la existencia. Pero, claro, el secreto de la vigencia de este patético sentido del mundo, es justamente que la mayoría de las personas no lo perciba así.

A los buenistas y pacifistas no les va a gustar nada…

¿Por qué ya casi no hay ni poetas ni guerreros?

por Juan Pablo Vitali

La poesía y la guerra nacieron juntas. Cuando el hombre tantea la muerte, siente indefectiblemente la necesidad de vincularse a algo más elevado que él mismo, superándola. Los pueblos indoeuropeos nos han dejado extensos testimonios de ese intento. El Bhagavad Gita, la Ilíada, las Sagas, el Ciclo del Grial, los Cantares de Gesta. Todo forma parte de un intento de superación de la muerte mediante símbolos estéticos, que son también símbolos sagrados.

En todas partes cuecen habas

Los turistas del mundo feliz

por Juan Pablo Vitali

Estaba yo sentado en el barco que va desde Buenos Aires a Uruguay, esperando que zarpe, mirando el río brillante e increíble, a pocos metros del lugar por donde llegaron nuestros antepasados. Escuchaba hablar a la gente, que más que gente eran turistas. Españolitos con rostros orwelianos, vestidos para la ocasión con camisetas del Che Guevara, y que a poco de andar jugaban a las cartas aburridos. También había algunos componentes de las clases medias argentinas, y podía escucharse hablar en inglés y en alemán, en ese tono neutro que los turistas adoptan en cualquier idioma.