Alcaldesas, perdón, aunque también corren por ahí ejemplares del postergado sexo (“género”, lo llaman) antaño denominado viril (epíteto que en nuestro feminizado mundo resultaría, es cierto, totalmente ridículo). En cuanto al otro epíteto, el que alude al rojo colorido, ahí los interesados no rectificarían nada . O sí, pues no les hace maldita la gracia que, sacándoles los colores, se les recuerde su pasado…, suponiendo que no sea también su presente. Desde hace años, desde que los comunistas españoles pasaron a denominarse “Izquierda Unida”, la bandera roja ha quedado casi abandonada del todo (prefieren la republicana); la hoz y el martillo ha sido escondida en el armario; “el proletariado”, sustituido por “la gente”; la “lucha de clases”, arrinconada; “la revolución”, olvidada.

¿Alcaldes rojos?
Alcaldesas, perdón, aunque también corren por ahí ejemplares del postergado sexo ("género", lo llaman) antaño denominado viril (epíteto que en nuestro feminizado mundo resultaría, es cierto, totalmente ridículo).
Alcaldesas, perdón, aunque también corren por ahí ejemplares del postergado sexo (“género”, lo llaman) antaño denominado viril (epíteto que en nuestro feminizado mundo resultaría, es cierto, totalmente ridículo). En cuanto al otro epíteto, el que alude al rojo colorido, ahí los interesados no rectificarían nada . O sí, pues no les hace maldita la gracia que, sacándoles los colores, se les recuerde su pasado…, suponiendo que no sea también su presente. Desde hace años, desde que los comunistas españoles pasaron a denominarse “Izquierda Unida”, la bandera roja ha quedado casi abandonada del todo (prefieren la republicana); la hoz y el martillo ha sido escondida en el armario; “el proletariado”, sustituido por “la gente”; la “lucha de clases”, arrinconada; “la revolución”, olvidada.
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