Si esto es así para toda obra (no, desde luego, para los best sellers perpetrados por los escribidores), ello se pone aún más de manifiesto, sin duda, en aquellas obras en las que, por lo íntimo de su naturaleza, aún es mayor el riesgo de despeñarse por los abismos de la trivialidad o del sentimentalismo. Un riesgo que sólo se vence —decía— con arte y talento. Aquellos que aquí despliegan a mares Fernando Sánchez Dragó y Ayanta Barilli. Del primero… no es ninguna sorpresa. De sobra lo conocíamos. Lo que sí constituye una muy grata sorpresa es descubrir todo el talento literario del que, desplegando una voz absolutamente propia, da muestras Ayanta Barilli en estas páginas llenas de amor… y de algunos tiernos coscorrones.
En torno a su libro "Pacto de sangre"
Dragó y su hija se levantan y se largan de la telebasura
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