Hace medio año, una amiga y compañera de trabajo de mi mujer, afincada en Barcelona, votante tradicional del PSC, con motivo de las últimas elecciones municipales le comentaba. “Yo lo siento mucho pero la única manera de quitarnos de encima la mugre de Colau, el despilfarro en chorradas de perroflautas, los okupas, la delincuencia en las calles, el top manta… La única manera es votar a Trías, porque si al PSC le salen las cuentas se aliará con los Comunes, como siempre”. Y votó a Junts x Catalunya, tapándose la nariz y resignada a la evidencia de que una cosa son las convicciones ideológicas y otra los intereses particulares, y los segundos están siempre por delante de los primeros.
Resumen: JxCat es el único partido conservador que hoy día puede poner freno a la deriva populista enloquecida de la izquierda en Cataluña. Hay que residir por estos pagos y tener un poco afinado el oído para darse cuenta de que el independentismo ya no es el problema fundamental de la sociedad catalana, y también para entender que ha crecido enormemente la decepción por el famoso “bloque constitucionalista” que hizo frente, hace siete años, al aluvión separatista: Ciudadanos desapareció, víctima de su propia incompetencia, y el PSC ya no es un partido constitucionalista; pensar que el PP y Vox puedan cubrir ese hueco, hoy por hoy, es estar en las nubes.
¿Qué sucedería si en las inminentes elecciones autonómicas JxaCat recibiese los votos separatistas —de por sí cuantiosos— y, de añadido, los votos contra el izquierdismo chavista del que tan saturada y asqueada está la sociedad catalana? Cuidado con esto. Ya he recibido la opinión de un par de vecinos que están por la faena: entre bregar después con el problema del independentismo o dejarse avasallar otra vez por la apisonadora PSC-ERC-ECPodem-CUP… En fin, no es por nada, pero ante disyuntivas como esta, las cosas de comer van primero.
Ojo a JxCat. Con Puigdemont en modo Mandela, regresado de Waterloo en loor de multitudes, santificado por los suyos y necesitado por muchos que no son los suyos… Ojo.