Ante los doscientos años de la Independencia Hispanoamericana, (y V)
Ante los doscientos años de la Independencia Hispanoamericana, (y V)
Ante los 200 años de la independencia hispanoamericana (IV)
En la emancipación de las actuales naciones hispanoamericanas intervienen simultáneamente dos factores: la evidente fatiga de materiales de España inocultables a partir de mediados del siglo XVIII y la constatación por parte de las sociedades de ultramar de que se estaba vislumbrando una realidad con basamentos culturales y económicos que las diferencian de la metrópoli.
Ante los 200 años de la independencia hispanoamericana (III)
Conversando con el profesor Stanley Payne, en relación con el generoso prólogo con que presentó mi obra "¿Por qué fracasó la II República?", le manifesté mi interés por conocer cuál fue el motivo que le llevó a sentir curiosidad por la historia de España. Obtuve la respuesta en Madrid cuando Payne declaró que en los balbuceos de su pubertad le llamó la atención en su Texas natal la mayoritaria abundancia de topónimos españoles. Llevado por esa curiosidad, tras una prolongada y profunda inmersión en temas que tenían a España por sujeto activo, ha llegado a ser uno de los ilustres hispanistas norteamericanos que han hecho de los problemas de nuestra historia objeto de su actividad profesional.
Entre la leyenda negra y la dorada
Desde los albores de la humanidad una de las primeras actividades del hombre consistió en apropiarse de lo ajeno y para ello se hizo necesario conquistar para ejercer un dominio sobre los demás. En casi todas las conquistas se trató de justificar esa acción como un derecho. Sin embargo, en el caso de España una de las preocupaciones fundamentales consistió en la explicación jurídica y moral impregnada de graves problemas de conciencia con respecto a la actuación de sus protagonistas.
¿Son las naciones de habla hispana de América, desgajadas del Imperio español a través de un proceso iniciado hace ahora doscientos años, una invención al socaire de los nuevos aires que soplaban por aquellas calendas, o hunden sus raíces en lo profundo de Occidente a través de la nación descubridora del Nuevo Mundo?
Retos e incertidumbres del nuevo presidente norteamericano
La dignidad imperial, tanto como el goce el poder (placer donde los haya…) supone una pesada carga, una servidumbre que si se ejerce con auctoritas moral, puede acarrearle a quien tiene el cetro tantas hieles como mieles. Y en mayor medida cuando la llegada a la cima ha estado precedida por una exhibición carismática, que por su propia dinámica, ha generado expectativas para cuyo cumplimiento, además de dotes personales, se requieren asistencias rayanas en la taumaturgia. El yes we can, coreado en la noche electoral norteamericana por miles de voces con los ojos esperanzados por la llegada de una nueva era, representaba todo un estado de ánimo. Se vislumbraba un new deal de Roosevelt, una nueva frontera de Kennedy, un nuevo tiempo que abre interrogantes de difícil respuesta.