“¡Mire, mire, todas estas estampitas!”, le dice “el tonto” al incauto al que trata de engañar mostrándole unos flamantes billetes de banco que, una vez comprados, resultarán no ser tales. “Miren, miren, estimado público internacional (es a éste y a sus media a los que se ha dirigido también y casi en primer lugar el timo de esta noche): aquí tienen esta declaración de independencia que ahora mismo… ya han dejado de tenerla: ha quedado suspendida”, ha declarado el reo de sedición a quien su pelambrera en forma de fregona le ha valido el apodo de “Cocomocho”, término que suena como el tocomocho hoy perpetrado. Porque después del coitus interruptus que para sus secuaces ha significado una frustración envuelta en lágrimas, el trilero va y un par de horas después se saca de la manga una tercera jugada. “Miren, miren, señoras y señores, olvídense de todo lo dicho: queda suspendida la suspensión y proclamada de nuevo la independencia”, lo cual es exactamente lo que dice el manifiesto firmado, fuera de sesión parlamentaria y sin ningún valor jurídico, por el propio Cocomocho, la llorona Junqueras y el conjunto de diputadas sediciosas, incluidas las perroflautas de la CUP, como diría Anna-Gabriel después de olerse el sobaco, utilizando el femenino que usa corrientemente en lugar del masculino plural.
¿Tiene algún sentido esa gran astracanada perpetrada en el parlamento de la República bananera de Cataluña? Sí, tiene uno muy claro: al suspender ante las cámaras lo que acababa de proclamar ante las mismas, y pedir —suplicar casi— “diálogo”, “mediación”, “, entendimiento”, el taimado timador se ha convertido, por obra y gracia de tan mágicas palabras, en “el bueno” frente a “los malos” de Madrid.
Así lo prueban la mayoría de los titulares de la prensa internacional. ¿Y en España, en esa España renacida desde hace quince días de sus cenizas? Depende. Las corruptas élites asentadas en el poder no quisieran otra cosa que poder llegar a nuevas componendas. Pero para ello piden al timador (lo ha hecho Soraya en su comparecencia en la Moncloa, lo ha hecho Xavier Albiol en su alocución parlamentaria) que para abrir el diálogo que le ofrecen, “vuelva a la legalidad democrática”. Cosa que los retorcidos timadores, no tienen la menor intención de hacer. Afortunadamente. Porque al no hacerlo hay al menos alguna posibillidad de que en esta mañana del 11 de octubre de 2017, el pasmarote de la Moncloa tome por fin las medidas que hubiera debido tomar mucho tiempo ha: suspensión por el tiempo que sea menester de la autonomía catalana, toma de control de los Mozos de Escuadra, toma de control de la enseñanza, desmantelamiento de TV3 y encarcelamiento de los jefes del timo y de la sedición.
Y si no lo hace, aténgase señor Rajoy a las consecuencias. El pueblo español se acaba de despertar.