El autor analiza el temperamento de nuestros políticos, llegando a la conclusión de que no todos son malos ni tontos, aunque es cierto que hay muchos que cometen grandes estupideces.
Durante los últimos días se ha abierto un proceso electoral provincial en el único partido que actualmente —en España— está dispuesto a dar la batalla de las ideas –y de los hechos— contra la corrección política.