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Tribuna

¡Ah, el magisterio de costumbres!

por Ignacio Marina Grimau

Como se puede citar a José Antonio sin ser falangista ni joseantoniano y citar a Marx sin ser marxista ni estar militando en el Pce, recuerdo que aquel joven político e intelectual sostenía que el "magisterio de costumbres y refinamientos" representaba un auténtico servicio social por parte de las presuntas clases superiores, ya saben, la clase alta. Indudablemente, el fundador de la Falange depositaba sus esperanzas en que tal magisterio fuera ejercido por ese sector de la sociedad, sin descartar que procediera de otros sectores o clases. Ahora bien, si es cierto que él dio pruebas de tal enseñanza hasta el punto de morir por sus ideas, no lo es menos que rara vez la clase alta ejerce esa supuesta maestría.

¡Matemos a los pobres!

por Charles Baudelaire

Constituye un honor para este periódico acoger en sus columnas a este "nuevo colaborador": al gran poeta francés autor de "Las Flores del Mal", y que en diversos y acerados pequeños poemas en prosa –muy en particular en éste– pone el dedo en las llagas de nuestro tiempo. En este caso, en la del buenismo, que el gran Baudelaire explica maravillosamente y denuncia mordazmente.

¿Diversidad cultural o multiculturalismo?

por Sergio Palomo

Algunos sostienen que el multiculturalismo es algo así como el respeto a la diversidad cultural que de facto existe en el mundo. Por mi parte, considero, en cambio, que esa relación es ficticia y que ambos conceptos son realmente antitéticos.

¿Por qué nos pasa lo que nos pasa?

por Damián Ruiz

Se han preguntado alguna vez hasta qué punto somos responsables de nuestro destino, o en todo caso qué porcentaje de nuestra vida se explica por las decisiones que vamos tomando, y yendo un poco más lejos, ¿las tomamos siguiendo una lógica, o algo, más profundo, nos impele a hacerlo?

El niño de Rubalcaba

por Ignacio Marina Grimau

El vídeo del niño de Rubalcaba repugna por muchas razones. La principal es que se trata de un asqueroso destilado de la más rancia exaltación de la lucha de clases, lo cual no es precisamente una virtud en una sociedad deteriorada por la dramática crisis económica.