Las memorias de Fernando Sánchez Dragó
Un niño raro convertido en un hombre raro
Comentaba el otro día el marqués de Tamarón, con una de esas frases suyas esculpidas con cincel, que "la novela no miente nunca, pero las memorias sí". Quería significar (o, al menos, así lo entendí yo) que lo que aparece a través de la ficción novelística no es otra cosa que la verdad, es decir, la realidad misma, hirviente de sangre y vida, de las cosas.