De culos, constituciones y obispos
Una presentadora ha ofrendado recientemente su culo al amor audiovisual. En tiempos de crisis, algunos se ponen mirando a Grecia, que es tanto como ponerse mirando a La Meca. De todas formas, y se pongan como se pongan, ¿por qué, una vez ofrendado el culo al amor audiovisual, no excretó ante las cámaras? La respuesta es sencilla: porque ya lo hace con frecuencia por la boca.