Cuando el mundo perdió el encanto (y sin embargo…)
ANTONIO MARTÍNEZ Hubo un tiempo en que los mapas marcaban una “terra incognita”: lugares inexplorados donde reinaba la imaginación. Luego la fantasía se desplazó a los polos o al centro de la tierra. Hoy ya no nos queda ni eso: el satélite lo ha fotografiado todo. Y sin embargo, basta coger una mochila y salir al raso, en la periferia urbana, para que el mito vuelva a materializarse. Es que el encantamiento del mundo no está en el mundo, sino en nuestro interior.