«Controla tu ducha y la de tus hijos, y cuando cierres el grifo di: ¡chúpate ésa, Putin!» (declaración de la Comisaria de Competencia de la UE).
Rusia no es Putin, nos aclaran, hay una Rusia culta, humana e intelectual, una Rusia... como nosotros. Rusia les gusta en lo que tenga de liberal, occidental y traducible.
El artículo de Aleksandr Dugin es particularmente importante. Hasta podríamos decir: históricamente importante. En medio del más encarnizado conflicto bélico, alza la voz y levanta su estatura para reclamar "la Idea". Nada menos que la Idea. una Idea, una concepción del mundo, un nuevo aliento espiritual que permita sostener lo que Rusia, frente al Occidente liberal, individualista, desacralizado y degenerado, está defendiendo.
Es el odio del mundo ruso, el wokismo antieslavo, la putinofobia delirante.
Parecen estar enfrentados, pero no se trata, en realidad, más que de los mismos perros con distintos collares. O casi.
Hasta el Gobierno se ha hartado
A veces, cuando uno menos se lo espera, va y salta una buena, incluso una excelente noticia.
