Estamos en el punto de dar un paso más que consiste en decir que los inteligentes, por el hecho de serlo, oprimen a los que no lo son tanto: a los tontos.
La moral del esclavo nos circunda. Una manifestación de ello y de cómo la fealdad, en sus más variadas manifestaciones, trata de imponerse es la retransmisión de los Juegos Paralímpicos.
Urgente petición urbi et orbi a todos los militantes de la vacuna y a sus adversarios, a sus desertores y a los fugitivos: terminemos de una vez con esta historia de nunca acabar.