Nunca la República Catalana sufrió atolladero semejante por causa de un solo voto. Nunca estuvieron los prebostes del "procés" tan pendientes de una votación, en especial ese híbirdo entre jefe de planta de El Corte Inglés y consigliere palermitano que quiere ser a toda costa presidente de la Generalitat.
Lo que es la democracia... Ya lo decía Antonio Baños, querido líder de este movimiento asambleario tan guerrero y activo, a quienes les fastidia el capitalismo y que se llame "fea" a cualquier mujer. Así rezaba el señor: “La construcción de la República Catalana sólo se puede hacer a través de la participación popular, de las asambleas y del voto. Muchas decisiones las toman actualmente una, dos, tres o cuatro personas colgadas de un teléfono que tiene al otro extremo, en muchas ocasiones, a un oligarca. Y nosotros tenemos ahora un reto político y la necesidad de encontrar soluciones partiendo de un principio básico, que es que nada se hará en la República Catalana sin consultar a los ciudadanos. Las decisiones no las tomará alguien encerrado en el despacho y desconectado de la sociedad”.
Pues lo dicho. Ha faltado un voto, uno solo, para decantar el Sí o el No a la investidura de Artur Mas. Y el voto, inocente de él, estaba en "Andalusía", hartándose de polvorones por motivos familiares.
Sí, desde luego, no cabe duda: la democracia es muy, muy jodida. La República Catalana puede esperar, los turrones no.
Continúa el esperpento...