Ni rebuscar en la basura ni aligerarse ante la sepultura

Los peperos la emprenden contra los pobres. Los socialistas y comunistas, contra los moribundos

La autoridad andaluza se ha propuesto amargarles la vida a los pobres. Me refiero a los pobres de pedir y a los pobres moribundos. A todos, es la guerra.

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La autoridad andaluza se ha propuesto amargarles la vida a los pobres. Me refiero a los pobres de pedir y a los pobres moribundos. A todos, es la guerra. No hay día en que allá por debajo de Despeñaperros (muy arriba de la península de Anaga), los mandamases no tenga alguna idea genial para complicarle la vida al prójimo. Total, deben de pensar que la de quienes rebuscan en la basura no es vida, y para lo que les queda a los enfermos terminales, pues tampoco merece la pena preocuparse. A por ellos.

De tal manera, el ayuntamiento de Sevilla (PP), multará con 750 euros a los indigentes que rebusquen en la basura. Dicen que es una práctica insalubre y perniciosa para la salud del manipulador de desperdicios, aunque aún no han explicado los peligros sanitarios de la comida eterna (sin principio ni fin), a la que están condenando a muchas personas que subsisten gracias a la basura que otros dejan en la calle. Con permiso de Quevedo, quede constancia de mi opinión al respecto: el hambre es peor que encontrar en la basura una bolsa gris con las cacas del perrito que paseaba dos horas antes. La mierda no mata, sólo mancha; eso también debería saberlo el alcalde de Sevilla, y me ahorro cualquier comentario chusco al respecto. Para bucear en la basura y remover de verdad en la inmundicia, de Sevilla y de toda España, ya están la Guardia Civil, los fiscales y los jueces. De concejal para arriba en la cadena de mando, justamente en ese territorio y no en los contenedores, ahí sí que se encuentra materia de la buena, mucho más cara que los 750 euros que pretenden cobrar a los menesterosos de diario. Ya quisieran estos tener los 750 para pagar la dichosa multa. A lo mejor, en vez de ocupar su tiempo en la búsqueda entre basuras, pasaban la mañana en el Día, comprando Colacao y esas cosas que se comen en familia. Y ya quisieran aquellos, de concejal para arriba en la cadena de mando, poder pagar el precio de su basura con esos mismos 750. Ni para fotocopias del sumario les llega. En fin, que cada cual se ocupe de su porquería y, a ser posible, sin joder a los demás.

Lo de la Junta de Andalucía (PSOE-IU), tiene otro empaque. Están en trámites (supongo que urgentes, dadas las circunstancias de los afectados), de aprobar una legislación que restrinja los movimientos bancarios y patrimoniales a los enfermos terminales cuyo óbito se prevea, más o menos, a un año vista. Dicen que la gente enfermita (enfermita de morirse, entendámonos), tiene la manía de ceder en vida dinero y bienes a sus familiares y allegados para evitarles gastos de transmisión patrimonial, o sea, la mordida que la Hacienda Andaluza se lleva de cada herencia. La lógica es aplastante: si un ciudadano calcula que va a fallecer en breve plazo, resulta intolerable que piense en la familia antes que en el Estado, o en su sagrada Comunidad Autónoma. De tal manera, los andaluces que pretendan seguir el ejemplo de Machado y trasladarse al otro mundo ligeros de equipaje, lo van a tener crudo. La administración granfraterna de la gran patria del sur, después de limitarles su derecho a hacer lo que les dé la realísima gana con sus bienes, les impone una exigencia moral ineludible: pueden marchar pobres al más allá, pero con todos los impuestos pagados y requetepagados. Eso es pensar en el bien común, y con ese convencimiento cavilarán los socialistas y comunistas andaluces: el muerto al hoyo y el vivo a pasar por ventanilla. Total, al occiso le da lo mismo, y los herederos que se jodan, por avariciosos.

En este enlace se puede consultar la información, fresquita como un difunto reciente, sobre esta penúltima genialidad en el último bastión socialista de España. Y olé:

Por cierto, que del asunto de los ERE´s aún no dicen nada. A lo mejor están a la espera de que palmen todos los implicados para recuperar aquellos caudales por la vía fiscal. Todo puede ser. En Andalucía, todo puede ser.

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