Cuando algo o alguien, una causa o plaga, necesitan cada año su día especial de concienciación y/o celebración, malo. Hace muchísimo tiempo escuché el argumento del diputado gitano Juan de Dios Ramírez Heredia, oponiéndose a la instauración del Día Mundial de la raza calé: "Eso significa reconocer la debilidad y la marginalidad, y lo que queremos nosotros es la normalidad". Sensato aquel hombre, aunque al final no consiguió que su criterio prevaleciese. En histórica compensación, el pueblo gitano continua sintiéndose oprimido y dejado de la mano de Dios. Salvo excepciones, un día especial supone la aceptación de que el daño se cronifica. Por eso tenemos un día del libro, espectacular. Los otros 364, zíngaros somos.
Hoy es el día para que compren libros (bueno, no exageremos, UN libro), los que nunca compran libros. Para que se hagan el propósito de leer los que nunca o casi nunca leen. Para regalar lo que nunca se regala porque en el fondo se sospecha que los libros sólo sirven para hacer bonito en los estantes del mueble del comedor. Es un día para vender y salvar el mes los libreros. Para insistir en audiencia los autores que ya la tenían. Lo de siempre, los de siempre y el método de siempre. Y los resultados de siempre.
Para una parte significativa de los muy aficionados, es un día perfecto para recorrer puestos y casetas levantados al aire libre, volver a casa y descargar en cualquier portal pirata los títulos que más han llamado la atención. Hoy es un día que deja buenos resultados en la caja del librero y mal sabor a casi todos los que amamos aquello que existe de verdad entre la portada y la contraportada de cualquier volumen. Celebrar el día del libro es un poco triste, como sería por ejemplo celebrar el día de la Fidelidad Conyugal, del Político Honrado o de la Buena Digestión. Sí... Algo triste bajo el sol de abril, la fiesta y las rosas, el caballero, la dama y el dragón. Algo que es (qué remedio), pero no tendría porqué ser.
Algo con demasiadas letras para que el común de las gentes felices con libro y rosa bajo el brazo lo lea y lo comprenda.