En todas partes se dicen tonterías, en Madrid y en Pekín, en Canadá y en Surinam. Pero cuando se ponen a largar estupideces, los islamistas son únicos. Será porque muchos musulmanes continúan empeñados en su anclaje ideológico al siglo XV (como poco), o por el espíritu de furibundia y lamentación perpetua infundido en el ideario de esta civilización, o por lo aspaventosos y pelín desaforados que suelen ser algunos de ellos... No sé. El caso es que a la hora de soltar majaderías son únicos.
La última es pura chacota. Una manifestación en El Cairo (muy mermada de efectivos por supuesto, la gente suele tener mejores cosas que hacer), lamentando la celebración del 2 de Enero en Granada y vindicando la recuperación de Al-Andalus para el islam. "Volveremos, por supuesto", decían las pancartas de estos activistas de la retrohistoria.
Cuando la sandez y la ignorancia se alían: qué pureza. Bobaliconería en estado virginal. A estos individuos del "Volveremos" aún no les ha explicado nadie que a sus antepasados "árabes", quienes ejercían el poder bajo tutela del califato de Bagdad, los expulsó de Granada un señor de Arjona (Jaén), llamado Muhammad ibn Yusuf ibn Nasr Al Ahmar, allá por 1238. Al Ahmar "El Rojo", pues bastante pelirrojo era, fundó el reino de Granada, inició la dinastía nazarí y puso manos a la obra en el asunto de la Alhambra. Los granadinos construyeron sus palacios y sus jardines, sus fuentes y paraísos abiertos para pocos... y a los caravaneros de Bagdad los enviaron al mismo sitio del que venían.
Como tales caravaneros, el desierto les pertenece. Sobre eso no merece la pena discutirles. Oye, y que se se empeñan en volver a Granada, con sacarse dos noches de hotel lo tienen resuelto. Seguro que se lo pasan de maravilla y la Alhambra les encanta. Y después puerta, niños: se mira pero no se toca.
521 años se han cumplido desde la entrega de Granada a los Reyes Católicos. Tuvo que ser muy gordo el asunto, porque se siguen oyendo unas tonterías...