Ahora que la prensa escrita está herida de muerte por la pujanza de los medios digitales, cuando la profesión periodística se encuentra condenada a la marginalidad laboral o directamente la extinción... Ahora se movilizan.
Hace veinte años, en las redacciones de los periódicos, se apartaba galanamente a redactores "viejos", antiguos empleados con nómina decente, para cubrir su puesto con dos o tres becarios, de los cuales uno lo hacía gratis y los otros por veinte mil pesetas al mes. Los nuevos infraempleados no podían perder aquella magnífica oportunidad de engordar sus currículos, claro. Se empieza de becario/a y se acaba siendo redactor jefe. O se lo pasa uno de maravilla al tiempo que aprende una profesión de futuro, tal como se demostraba en la famosa y pinturera serie de TV protagonizada por José Coronado, Alicia Borrachero y Alex Angulo. ¿La recuerdan? Sí, hombre: se titulaba Periodistas.
Eso sucedía hace veinte años. Y nadie se movilizaba ante aquellos estragos. No era tiempo de movilizaciones sino de hacer méritos y estar atentos a la oportunidad de ascender.
Poco más tarde, los periódicos empezaron a repartirse gratuitamente. ¿De verdad que nadie sospechó nada? ¿Nadie lo vio venir? Aunque, claro... la cultura del "todo gratis" tenía que tocar a la prensa de lleno, de por sí tan popular y económicamente asequible .
Ahora, ya no existe dónde medrar. En el olimpo profesional del periodismo hay un enorme vacío. En esas alturas no queda papel impreso, y en medio del páramo se van instalando unas cuantas publicaciones digitales con más audiencia, medios y eficacia que todos los periódicos de rotativa juntos. (Para los ilusos, el empleo y colaboraciones en medios digitales se pagan a precios de posguerra, por si alguno ha pensado hacer carrera en esos ámbitos).
Ahora, cuando ya no hay nada que exigir ni futuro por el que luchar, salen a la calle clamando su frustración.
Pues se siente, hijos. Haberlo pensado en su día, cuando gracias a vuestra veinte mil pesetas de sueldo (unos 120€ del presente), se mandaba a tomar por culo a periodistas "de toda la vida", quienes disfrutaban el intolerable privilegio de un salario según convenio.
Ahora, es urgente salir a la calle. Justo ahora, sí, cuando ya es demasiado tarde.