Sección:

Sociedad

"Lo sagrado es lo fundamental"

Corinna y el elefante

por Salvador Sostres

Los reyes disparan y retozan con cortesanas, y hay que celebrar que el nuestro sea capaz de hacer las dos cosas a la vez. Corinna y el elefante. ¡Pam!

Oiga, ¿no se habrá producido una mutación genética?

Los españoles de antes buscaban el honor antes que el dinero

por Guillermo Llona

En diez años y acompañado por un ejército de miles de indios, convencidos súbditos del Emperador Carlos V, y sin derramar un gota de sangre, Álvar Núñez Cabeza de Vaca logró descubrir y conquistar la mitad de los actuales Estados Unidos de América. Cabeza de Vaca, protagonista de la novela histórica «El último caballero», escrita por Juan Sánchez Galera y edcitada por Sekoita, tuvo como principal meta en su vida estar a la altura de sus antepasados, héroes de la Reconquista.

Con ocasión de las elecciones
en el Colegio de Abogados de Madrid

Manifiesto de un colectivo de abogados

por elmanifiesto.com

En tiempos como los actuales, de crisis y cambios sociales radicales, que limitan la esfera de derechos cívicos, se hace necesaria la movilización de la sociedad en defensa de la libertad y la justicia. Y es que estamos en la culminación de la inercia comenzada hace años de ninguneo de la sociedad, con una actividad legislativa desmesurada.

Elogio del rojo y vituperio del progre

por Marqués de Tamarón

Llevo años queriendo escribir un ensayo con ese título, pero tengo tal cantidad de barruntes y frases garrapateadas que es probable que nunca mi tesis revolucionaria vea la luz. Sin embargo, ya que una imagen vale por mil palabras, ilustraré la idea central con dos imágenes:

Las protestas estudiantiles

Ningún estudiante ha dado las gracias

por Salvador Sostres

Padres, madres y estudiantes en una misma huelga lo dice todo sobre dónde y cómo estamos. Hemos caído muy bajo. Los padres no están para ir a huelgas con sus hijos, los padres no están para enseñarles a sus hijos a armar follón contra el Gobierno. Si les educamos en esta ética, y sobre todo en esta estética, de ninguna manera van a convertirse ciudadanos aprovechables. Hemos perdido el rigor, la tensión, la calidad; hemos perdido el principio jerárquico y de autoridad que vigoriza las sociedades y les da sentido, cuerpo y alma, y vitalidad.