Los "violentos", los llaman
Si bien todos estamos ya acostumbrados a la traición a la semántica perpetrada por los políticos y por más de un medio de comunicación, no deja de sonrojar la humillante –para las víctimas– confusión entre terror y violencia. Deberíamos estar ya curados de espanto, pues se trata de una perversión del lenguaje característica de la esplendente partitocracia que disfrutamos desde hace treinta y cinco años.