Carta del director
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Rodríguez Ibarra resucita el debate
JJE Hay bocas que son como volcanes: tan inoportunas como incandescentes. A propósito de la muerte de dos soldados españoles en Afganistán, Rodríguez Ibarra ha sugerido el retorno del servicio militar obligatorio aduciendo que si los ricos fueran a la guerra, esto no pasaría. Es una memez, pura demagogia. Ahora bien, incluso una tontería de este género es apta para suscitar polémicas. De hecho, las ha suscitado: el asunto de la “mili” ha vuelto al tapete en un país que tiene que recurrir a inmigrantes para llenar sus exiguos cuarteles. El asunto merece unas cuantas reflexiones. También merece que cada cual marque su posición. Esta es la nuestra: ¿Mili? No, gracias. ¿Ejército? Sí, por supuesto. ¿Servicios individuales a la comunidad? También, y cuanto antes.
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JOSÉ JAVIER ESPARZA En realidad la cosa es aterradoramente simple: la idea de España como nación plural está a punto de desmoronarse. En su lugar asistimos al nacimiento de algo parecido a un Estado plurinacional, en el mejor de los casos, o a una confederación de mini Estados parcialmente soberanos, en el peor. No sólo es grave que España se desvanezca como comunidad política; es igualmente malo que se esfume el proyecto de una nación compuesta, edificada sobre un tejido cultural e histórico heterogéneo. ¿La sedición separatista va a terminar dando la razón al centralismo decimonónico? ¿Realmente hubiéramos debido aniquilar nuestra variedad interior a cañonazos, como en Francia? Pero es que eso ya no sería España. Y entonces, ¿qué hacer?
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JOSÉ JAVIER ESPARZA Seguramente es lo que toca defender hoy: la libertad, entre otras cosas. Y no cualquier libertad, sino, específicamente, la libertad interior, la libertad para mantener los propios principios, las propias creencias. Nunca nadie, al menos en tiempos democráticos, había intentado imponer por ley y desde el sistema de enseñanza una forma de pensar, de sentir; nadie había intentado imponer su ideología sobre las conciencias ajenas. Pero eso es lo que estamos viendo hoy. La situación es completamente orwelliana: “Cuando al fin te doblegues ante nosotros, queremos que lo hagas por tu propia voluntad”, se lee en 1984. Domesticación de voluntades es lo que hoy tenemos delante. El rebaño bala, contento. Hay que resistir.
JOSÉ JAVIER ESPARZA Esta legislatura empezó con el Rey diciéndole a un señor de Esquerra Republicana que “hablando se entiende la gente”, y está terminando con los cachorros de la Esquerra diciéndole al Rey que “Borbones pim-pam-pum” mientras queman en efigie y cabeza abajo a Sus Reales Majestades. Como figura de lo que han sido estos tres años largos (¡tan largos!) de zapaterismo, es difícil dibujar una trayectoria más gráfica. Lo que en la Zarzuela deben de andar preguntándose ahora –si es que aún se preguntan algo- es cómo ha sido posible esto. ¿Ellos son, quizá, los únicos que no lo saben?
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