Autor:

José Javier Esparza

La Corona de Aragón también existe

La fantástica epopeya de los almogávares

por José Javier Esparza

JOSÉ JAVIER ESPARZA Corre el año de 1305. Estamos en Turquía. Una tropa de 6.500 españoles derrota a los ejércitos turcos, aplasta también a los bizantinos, conquista los ducados de Atenas y Neopatria y se los entrega al Rey de Aragón. Así, por las bravas. Aquel pedazo de Grecia será aragonés hasta 1388, año en el que finalmente sucumbe ante la presión de turcos, venecianos, florentinos y hasta de una compañía navarra que pasaba por allí. Por el camino, Aragón se convertirá en una potencia decisiva en el Mediterráneo. Esa fue la extraordinaria hazaña de los almogávares. Uno de sus capitanes era Berenguer de Rocafort. Ahora un descendiente suyo, Guillermo Rocafort, ha escrito su historia: Yo, Berenguer de Rocafort, caudillo almogávar. Impresionante.

A propósito de la visita de los Reyes

Por qué Ceuta y Melilla son españolas

por José Javier Esparza

JOSÉ JAVIER ESPARZA Los Reyes de España van a visitar Ceuta y Melilla, esas dos plazas españolas en el norte de África. Es una visita histórica. Hace mucho tiempo que unos reyes españoles no pisan esas ciudades. ¿Por qué? Por no molestar a Marruecos. Los marroquíes dicen que Ceuta y Melilla son “ciudades expoliadas” a Marruecos. Pero eso es absolutamente falso. Ceuta y Melilla son ciudades españolas desde hace siglos, mucho antes de que existiera Marruecos. Y más aún: la historia de Ceuta y Melilla corre paralela a la del resto de España. Esta visita de los Reyes es una excelente ocasión para recordar algo que los españoles nunca debemos olvidar.

De cómo lo sagrado se banaliza

Honrad a los muertos, despreciad Halloween

por José Javier Esparza

JOSÉ JAVIER ESPARZA España entera se convierte hoy en una cofradía siniestra de gentes disfrazadas como figurantes de una película americana de terror. A esta fiesta, promocionada por el Estado en las escuelas y por los medios de comunicación en las calles, la llaman Halloween y la pronuncian Jalogüín. Es una patente manifestación de hasta qué extremo los españoles hemos perdido nuestra identidad cultural. Y con ella estamos perdiendo, también, una forma particular de entender la muerte: hoy los muertos ya no son parte de la comunidad, sino un repulsivo instrumento de risa morbosa y estremecimiento pueril. Es lamentable.

Una derrota que se convirtió en leyenda

Trafalgar: el ocaso del Imperio

por José Javier Esparza

JOSÉ JAVIER ESPARZA Fue el 21 de octubre de 1805. Sólo dos años antes, España aún había sido capaz de organizar la primera campaña internacional de salud: la expedición contra la malaria. Pero ese 21 de octubre de 1805 todo se fue al garete. Ocurrió en Trafalgar, frente a la costa atlántica de Cádiz. La flota española se consumió bajo las órdenes de un almirante francés y frente a los cañones de un almirante inglés. Nuestros barcos eran peones en una guerra ajena. Pelearon con bravura y murieron a mansalva. Hoy nos quedan los nombres de Churruca, Gravina o Alcalá-Galiano, y la memoria de un episodio trágico donde la entereza y la inteligencia de nuestros marinos no bastaron para evitar el final de la potencia española en el mar.