La batalla de las ideas

Una vez al mes celebraremos una cena-coloquio en la cripta del Café Gijón protagonizada por alguien que tenga peso y poso en el ágora de la cultura de nuestro país. Filósofos, escritores, pensadores, profesores, historiadores, cantautores, científicos, artistas,  cineastas...

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Ése es el nuevo escenario bélico, épico y filosófico, en el que nos jugamos el futuro. Aún colea el choque de las ideologías, pero sólo por inercia. Esa confrontación, que arranca de la Revolución Francesa y culmina con la bolchevique, ha llegado a su fin. Cuajó en la dicotomía, funesta, de la derecha y la izquierda, que durante más de dos siglos ha encajonado el mundo en una especie de Paso de las Termópilas sembrado de cadáveres, pero hoy, en la era de Internet, del pragmatismo, de las fake news y de la posverdad, las ideologías están más muertas que las momias de Lenin, de Mao Tse Tung y de Ho Chi Minh. La derecha, a diferencia de la izquierda, que es más teocrática, no suele momificar a sus cadáveres, pero también los tiene. Ocioso es citarlos. Con ellos o sin ellos, razón llevaba Ortega al escribir que ser de derechas o ser de izquierdas es una de las infinitas maneras que tiene a su alcance el ser humano, y el inhumano, añado yo, para ser imbécil. Imbécil es quien carece de ideas, pero presume de tener ideología, e imbécil era, etimológicamente, en Grecia y Roma, quien caminaba vacilando por carecer de báculo.

Y ya que de momias hablamos no está de más apuntar que las ideologías son técnicas elaboradas por los taxidermistas del lavado de cerebros para acartonar, inmovilizar, necrosar y, en definitiva, momificar las ideas que los filósofos lanzan y de las que muchos políticos al uso, y al abuso, barriendo para dentro y arrimando el ascua no tanto a sus sardinas cuanto a sus langostas, se apoderan.

Basta, pues, de ideologías y desempolvemos las ideas del pasado que no han perdido vigencia, resucitemos las que no murieron de muerte natural, sino por asesinato, y acuñemos otras nuevas que puedan servirnos para salir del desastre en el que se ha convertido no sólo nuestro país, sino buena parte de los que aún, con permiso del virus, de la crisis económica, del naufragio de la decencia, del deterioro de la inteligencia y de la devastadora metástasis de la insensatez, colean en el globo terráqueo.

Valgan todas estas consideraciones de introducción a un proyecto que a partir del próximo 17 de noviembre se hará realidad. Me lanzo personalmente, con el patrocinio de la Fundación Disenso, a desencadenar una ofensiva en el ámbito de esa batalla de las ideas a la que aquí he hecho referencia. Una vez al mes celebraremos una cena-coloquio en la cripta del Café Gijón protagonizada por alguien que tenga peso y poso en el ágora de la cultura de nuestro país. Filósofos, escritores, pensadores, profesores, historiadores, cantautores, científicos, artistas,  cineastas... Todos ellos, de uno en uno, o a veces de dos en dos, expondrán sus ideas acerca de lo que es o no es, de lo que debe o no debe ser, la cultura entendida en su dimensión pública sin excluir la privada, serán interrogados al respecto por mí y, después de la cena, responderán a las preguntas de los asistentes al acto. La escritora y periodista Emma Nogueiro, jefe ‒o jefa‒ de cultura en esta cadena de televisión, se encargará de organizarlo, convocarlo y coordinarlo. Sobra, o eso espero, añadir que, pese a su vinculación con Disenso, que a su vez está vinculada a Vox, o precisamente por eso, será una tribuna libre, desprovista de prejuicios ideológicos, ilustrada y abierta, tanto en su dimensión pasiva como en la activa, a cuantos, bona fide, tengan algo que decir, algo que opinar, algo que sugerir o algo que escuchar a propósito de lo que yo he definido aquí como batalla, pacífica, por supuesto, pero también vibrante y emocionante, de las ideas.

Nuestro primer invitado será el profesor, economista, escritor y, en su día, político Ramón Tamames. Con decir su claro nombre, basta, como de uno de los compañeros del Cid escribió Manuel Machado. Llegarán luego José Luis Garci, Antonio Garrigues Walker, Elvira Roca Barea, Santiago Abascal y muchos otros. Me limito a mencionar a quienes ya están apalabrados. Acabamos de iniciar un camino que, como todos los caminos, se hará al andar. Confío en que nos lleve lejos.

 Ya saben: día 17 de noviembre, cripta del Café Gijón, 8 de la tarde, cena-coloquio con Ramón Tamames, Fundación Disenso. Sólo hasta completar el aforo y por inscripción. Primera escaramuza de la Batalla de las Ideas.

¡Al ataque!

© EDA TV

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