Sección:

Sociedad

Un clásico de la vida familiar

El chiste del niño y los deditos

por elmanifiesto.com

Nadie que viva con niños lo ignora: la existencia familiar es una singular combinación de ternura, humor y, con frecuencia, un poco de asquito, suavizado por la idiosincrasia infantil. El chiste que viaja en este pps, un clásico del humor familiar, lo subraya con acierto. Pase, véalo y ríase: real como la vida misma.

No apto para progres ricos

Manifiesto del currante indignado

por elmanifiesto.com

Esto lo escribió un currante indignado… y con razones: “Dada la mierda que nos escupe diariamente la tele, radio, prensa y demás medios de comunicación, un grupo de disidentes hemos elaborado este manifiesto a favor (sí, A FAVOR) de la piratería”. El texto está circulando por la Red con enorme éxito. Si quiere usted leer el resto, pinche aquí.

Dicho sea con todos los respetos

Resistencia pasiva contra los controladores de aparcamiento

por elmanifiesto.com

Nadie leerá en Elmanifiesto.com un llamamiento a las acciones poco templadas. Por el contrario, saludamos con alborozo las iniciativas de resistencia ciudadana contra los abusos del poder. Por ejemplo, contra esa legión de controladores de aparcamiento que, en todas las ciudades de España, actúan como recaudadores "extras" de impuestos. ¿Qué hacer contra ellos? Hundirlos en la confusión. Pase y vea: estos conductores lo tienen claro.

¿No es esto un poco racista?

Humor francés sobre las rubias

por elmanifiesto.com

En Francia hay un género específico de humor que consiste en reírse de las rubias. "Incluso teñida, una rubia es una rubia", viene a decirnos este vídeo. La secuencia tiene su gracia. Y a todo esto, ¿qué les habrán hecho las rubias? ¡Envidia cochina!

Un vídeo que hace reír… y pensar

Parábola del árbitro borracho

por elmanifiesto.com

Todos confiamos nuestro destino a la justicia: el árbitro pondrá a cada cual en su lugar. Pero, ¿y si el árbitro se emborracha? Eso fue lo que le pasó al colegiado bielorruso Sergei Shmolik en el partido entre el Vitebsk y el Naphtane. Ante la evidencia de la cogorza que llevaba encima, se retiró del campo simulando una lesión de espalda. Le hicieron la prueba y resultó que llevaba 2,6 miligramos de alcohol en la sangre. La escena hace pensar más allá del fútbol: ¿Qué pasa cuando el árbitro se emborracha… en la política, en los tribunales, en la economía?