a Belle Époque fue un tiempo de barbas y sombreros. Hasta que 1914 puso el mundo patas arriba, todos llevaron la cabeza cubierta con sombreros, tanto más altos cuanto más distinguidos pretendieran ser los propietarios.
Recordemos que Oclocracia es el gobierno no del pueblo sino de la plebe, de ese lumpen del que dice abominar Iglesias mientras lo arrulla e implora su voto.
«Una lectura al cuadrado, que, al leer por leer, redoble la vida, esto es, la emoción, la aventura, los grandes ideales y los sentimientos auténticos».
Algunos piensan que la asimilación sería la solución milagrosa: los inmigrantes se convertirían en franceses como los demás (o en españoles, en italianos, en alemanes..., en europeos, en fin) y el problema estaría resuelto.