Trataré, como en otros de mis anteriores artículos –no en todos– de ser imparcial para que se entienda la forma de pensar de este sector, parece que predominante en la actualidad, de la sociedad catalana. Yo no soy ni independentista ni nacionalista catalán, y si tuviera que definirme como algo diría que soy un liberal humanista que defiende la preservación de la identidad y la tradición cultural europea.
Esta supuesta entrevista imaginaria trata de plasmar el sentir mayoritario de los independentistas. Aunque hay que decir que a medida que en Cataluña estos aumentan también lo hacen los no nacionalistas.
Preguntemos:
Está a favor de la independencia de Cataluña. ¿Por qué?
- Estoy a favor porque Cataluña es una nación con una identidad, una lengua y unas instituciones propias que están siendo continuamente atacadas por el gobierno español. Además aquí pagamos mucho más de lo que recibimos, nuestro déficit fiscal es insostenible por culpa de lo que damos al Estado y lo poco que recibimos.
¿Pero no hay comunidades autónomas que tienen un déficit fiscal con el Estado incluso mayor que el de Cataluña?
- Sí, de acuerdo, ese es un problema que tendrán que resolver ellos. Lo que pasa aquí es que nuestra industria, los servicios sociales, todo lo que depende de la Generalitat está en estado de quiebra por culpa del dinero que se va para el Estado español, y que de quedarse aquí podría ayudar a resolver la crisis social y económica que padecemos.
¿Y no cree que el gobierno de la Generalitat gasta mucho dinero en cuestiones nacionales, como el tema de las embajadas o la promoción del catalán en Valencia o el sur de Francia, por ejemplo?
- No, no gasta mucho dinero porque si no se ayuda a la lengua catalana esta corre peligro de desaparecer. El predominio del español es todavía muy fuerte en Cataluña, tanto por la influencia de España y sus medios de comunicación, como por la presencia en una parte importante de la población. Y además una nación tiene derecho a luchar por tener una identidad propia y una proyección internacional.
De todos modos la cuestión de nación es discutible, Cataluña –sin ir más lejos– perteneció a la Corona de Aragón, y desde el matrimonio de los Reyes Católicos al Reino de España. Es cierto que casi siempre mantuvo sus propias instituciones pero como parte de la nación española. ¿No es una falsa reivindicación la suya?
Cataluña es una nación desde hace mil años, y hubo una época, más o menos entre el X y XI siglo d.C. que fue un condado independiente. Las demás circunstancias históricas son una sucesión de uniones y alianzas que respetaron las instituciones nacionales hasta que Felipe V las abolió.
Bueno, lo hizo porque Cataluña junto con una gran parte de la corona de Aragón apoyaron al Archiduque Carlos de Austria, y este perdió la guerra de sucesión, pero desde el siglo XII pertenecían a dicha Corona, no eran una nación independiente.
De todos modos lo que importa ahora es recuperar nuestro estatus como Estado independiente.
Algo que no han sido nunca, o durante un muy breve periodo de la historia.
Cataluña necesita un Estado propio para poder seguir creciendo y poder asentar su propia identidad en un mundo global.
¿Y no se podría hacer dentro de España?
No, España impedirá por todos los medios el desarrollo de Cataluña y tratará de borrar cualquier diferencia lingüística y cultural como ha hecho hasta ahora.
Pero hay una Constitución que respeta la identidad, la lengua, las instituciones y la cultura catalana, y que además concibe a Cataluña como una nacionalidad histórica.
Cataluña tiene derecho a ser un Estado libre dentro de Europa, menos que eso es aceptar nuestra desaparición.
¿Cree que la mayoría de los catalanes apoyaran la independencia de Cataluña?
Cada vez se van sumando más personas, incluso de distintos orígenes. Se van dando cuenta de cómo nos trata el Estado español y lo que podríamos hacer si fuéramos libres.
Hay quién dice que todo es una estrategia definida hace casi treinta años por grupos de interés. A ustedes se les ofreció tener ministros nacionalistas en el gobierno de España y siempre se negaron, y fueron varios presidentes los que lo hicieron. ¿No creen que hubieran podido influir más en esa idea de España plural que tanto defiende?
Bueno, quizás sí, era necesario mantener una actitud distante para poder llegar hasta aquí. Mire nuestro objetivo es el mismo hoy que hace treinta o cincuenta años, pero hoy estamos más cerca.
También hay quien piensa que una parte de la población catalana no se atreve a expresarse claramente en contra de la independencia y que, al presentarse ustedes como víctimas del Estado español, adoptan un papel silencioso o neutral, incluso evitando ir a votar.
No sé qué pensará esa parte que usted de la gente, dice pero en Cataluña hay plena libertad para que cada uno se exprese como quiera.
Y ya para finalizar, ¿cree que conseguirán la independencia?
Por supuesto, más tarde o más temprano la conseguiremos. España no nos lo pondrá fácil, pero finalmente lograremos convencer a los organismos internacionales de que cualquier pueblo que lo desee verdaderamente tiene que tener el derecho democrático a la autodeterminación. Y eso no lo va a parar nadie. Además si el ejército español hiciera algún movimiento en falso, el apoyo internacional aumentaría considerablemente y la salida de España aún sería más fácil.
¿Han considerado la posibilidad de que al Ejército español le dé lo mismo lo que opine el gobierno central, la Unión Europea o cualquier organismo internacional y que actúen directamente declarando el estado de sitio o de excepción en Cataluña?
Esa posibilidad ni se plantea. Creemos que un Estado democrático, europeo -y en pleno siglo XXI–, como es España no puede ni debe permitir que el Ejército intervenga por su cuenta: estaría en contra de la propia Constitución que defiende. Tendría que tener el apoyo del gobierno y del rey, y creemos que eso nunca ocurrirá. El lugar de España en el mundo pasaría a ser deplorable, perdiendo toda su credibilidad como nación.