Pequeña introducción.
No suelo ser muy aficionado a las series televisivas, ni siquiera a la televisión, pero en Antena 3 han programado un pequeña joya llamada “Downton Abbey”, que además se puede ver en versión original subtitulada, y como que además soy un anglófilo redomado, disfruto con esa muestra de elegancia, reflexiones y carácter, de ese buen gusto exquisito, y del temperamento flemático que, por momentos imperturbable, permite distinguir lo necesario de lo imprescindible.
Ya en su momento “Retorno a Brideshead” mostró el buen hacer de los británicos, y su manera sutil y compleja de enfocar la vida incluidas las vicisitudes, pasiones y conflictos del alma humana.
Y ahora a lo que vamos.
¿Tú, ZP, qué has querido hacer con España?
¿Modernizarla? ¡Ya! Me temo, querido, que tienes un problema, y es que eres un individuo muy débil de espíritu, alguien de bondad maniquea y tolerancia sin carácter. Deduzco que has gobernado este país, destrozado mejor dicho, como una simple proyección de las dificultades para poner orden en el seno de tu familia, de ahí la “Alianza de civilizaciones”, en realidad supongo que en tu casa deben convivir al menos tres civilizaciones diferentes, siendo tú el mayordomo que trata de integrarlas. Deduzco también que al ser consciente de las dificultades de domesticar tu hogar has procurado hacer de España un terreno estéril para que no se margine a nadie que no cumpla con los mínimos requisitos de civismo necesario para la convivencia. De ahí tus leyes, caprichosas leyes, meras estupideces dirigidas a tus cortesanos y a todos los parásitos, porque ya sabrás a estas alturas que los que sufrían dificultades las siguen sufriendo, y a ellos se les han añadido muchos más.
El otro tema era el abuelito fusilado, ese que debes llevar encima del hombro como Pepito Grillo iba en el de Pinocho, hablándote todo el día al oído, y diciéndote que tienes que acabar con la Iglesia Católica y con su dominio sea como sea, básicamente para poder dejar paso a otras religiones que vienen con mucha más fuerza y coraje, y así acabar de hundirla, y ya la venganza estará cumplida. Y te lo dice un nieto de republicanos, tanto por mi parte catalana como por la extremeña.
Porque claro según tú, el catolicismo es el que ha producido el retraso de España, cuando es consustancial a su historia y a su esplendor, cuando lo tuvo.
Pero no te preocupes, para muchos no serás más que una víctima de una crisis internacional y que habrás hecho lo posible para transformar España. Siempre tendrás los que te adoren, te mitifiquen y te conviertan en un gran líder.
Has tenido un gobierno formado básicamente por ineptos sin valores, frívolos y trepas. Y ahora una de tus petardas mayores, y no por ser mujer la llamo petarda, hay grandes mujeres políticas, sino por ser una arribista vacua, eso sí, parece que concienzuda, tiene bastantes probabilidades de convertirse algún día en la primera presidenta de un gobierno en España. Y como todo sigue en decadencia puede ser que, incluso, antes de lo esperado.
De todas formas el abuelito, las niñas y la cantante podrán estar satisfechos de todo lo que has conseguido, a las obras me remito. No hay mayor ejemplo de ineptitud, de división entre españoles y de ruina económico-social.
Cumpliste tu venganza, solo por eso hay que felicitarte.
Y ahora que te vas, te recomiendo que desarrolles un poco el espíritu, el carácter, el honor, la pasión, la nobleza, que conectes con la alta cultura, con la historia de esta gran nación, y que tus días sean felices, recordando la basura en que dejaste todo esto. Cómprate alguna de esas series británicas de las que hablaba al principio y comprobarás que hasta el más humilde de los empleados de servicio sabe más de dignidad que tú.
No te culpo, estás a la altura de los muchos que aún te seguirían votando. Nunca seremos de nuevo lo que fuimos, hay demasiado pusilánime, demasiado resentido, demasiado frívolo, demasiado flojo, para devolver el alma a este gran país.
Te queda un año por delante, puedes mejorar tu obra, quizás si te empeñas, consigues que Cataluña se independice o que los ancianos vean reducida su pensión. Si te esfuerzas lo conseguirás, ¡ánimo!