Es curioso, yo no sé qué nivel de información secreta y confidencial manejan ustedes sobre las relaciones internacionales entre mandatarios y Estados, pero no sé si por una cuestión de lógica a mí las revelaciones de Wikileaks no me han sorprendido apenas nada.
Vamos a ver, y en resumen, los patrones de comportamiento que sigue el planeta en la actualidad:
- Los malos son muy malos y colaboran entre ellos.
- Los buenos son bobos y esperan que los malos entren en razón a través del diálogo.
- Los malos trafican con armas, se apoyan en el desarrollo nuclear con fines no muy pacíficos y en la desestabilización de las democracias incipientes.
- Los buenos se informan entre ellos llegando a conclusiones tan inimaginables como que la Chacón quiere ser presidenta del gobierno de España o que Blanco, el ministro, no mira a los ojos cuando habla, lo que le hace poco fiable según el antiguo embajador norteamericano en España (quizás se operó de la vista por eso).
Assange, el niño WikiLeaks, ha conseguido que las democracias occidentales, lideradas por estadistas de la talla de Zapatero u Obama, queden como de lo más siniestro, para gusto y placer de todo ese sector de “conspiranoicos” que, una vez leídas cuatro cosas sobre los Illuminati, la masonería o el Club Bilderberg, ya consideran que el planeta está habitado por lagartos extraterrestres que adoptan la forma humana y controlan el mundo. Es decir, si Occidente hace tiempo que va a la deriva, ahora, con toda la legión de enemigos autóctonos, ya se puede acabar de darle la puntilla.
Porque claro, es un gran secreto que a los USA no les guste la Venezuela de Chávez, o que Putin y Berlusconi comparten algo más que el hecho de ser presidentes de gobierno, vaya, vaya…, pillines… En fin cosas sabidas o intuidas por todo “quisqui”.
Y es que el problema de nuestra sociedad consiste en que a medida que en el mundo crecen los malos - pero malos, malos, que nos tienen una tirria considerable y que les gustaría vernos caer en pedacitos, aparte de ver hundido nuestro estilo de vida-, aquí crecen los chalados. Por si no teníamos bastante con la baba-progresía, ahora llegan estos, los que consideran que Europa y los EEUU son el origen del mal de todo, urbi et orbi, y desde el origen de los tiempos. Por tanto Assange, que por cierto yo al chico no le deseo ningún mal, consigue que todos los neuróticos de conciencia autóctonos se rebelen internamente contra sí mismos, es decir, contra sus propios países, mientras los enemigos exteriores de la libertad se frotan las manos pensando que han fragmentado un poco más esta civilización.
Y es que WikeLeaks no sé si será bolchevique como dicen algunos, pero lo que sí es cierto es que, venga de donde venga el origen de todo este revuelo informativo, de aquí a poco no será más que pura anécdota. Y pasará a los anales de la memoria igual que los rifirrafes entre la Esteban y la Campanario, con una única salvedad, que la atomización de nuestra comunidad cultural y por tanto su disolución está cada vez más próxima… Ya saben: alimenta neuróticos y conspiranoicos y el tejido social se irá rompiendo poquito a poco.
No sé cuál es la verdadera intención de todas estas informaciones “secretas” que han salido a la luz, pero lo que es seguro es que los únicos ciudadanos ofendidos deben estar por nuestro continente porque, en otras zonas del mundo, la gente ni se ha enterado. Y hale, más huelgas, más rebelión contra las instituciones, más ataque a nuestros símbolos por parte de los propios, a ver si a base de “conciencia” llegamos a volatilizarnos.
Pobre Europa.