Les presentamos el R.E.M.: Rosa, Esperanza, Montse...

Tres mujeres

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Es vox populi, nacional e internacional, que en España gobierna un inútil, y a los hechos me remito. Y también es vox populi, en este caso solo a nivel nacional, que al inútil se le opone un memo.También es de todos sabido que la marrullera clase política catalana está alterando el patio porque no quieren que su oligarquía, y los acólitos de esta, pierda el dinerito de los impuestos de todos, ya saben subvenciones y comisiones para sus viajes y sus cosas.

La cuestión es que España, y una parte de esta, Cataluña, antes muy respetada y valorada, están en grave decadencia. Básicamente porque los políticos que las gobiernan son infumables.

Y ya sé, como en alguna ocasión y acertadamente me han criticado los lectores de Elmanifesto.com, que de lo que aquí se trata es de impulsar un nuevo despertar del espíritu y no de hablar de política común, puesto que, gobierne quien nos gobierne, no va a cambiar nada.
Puede que sea así, pero mientras tanto es mejor que nos gobiernen bien a que nos lleven al desastre.
Ante los Zapatero, Rajoy y Montilla (¿Marx brother’s?), existen claras alternativas que, como mínimo, tienen el coraje, la capacidad, el valor, la firmeza y la coherencia de la que carecen los anteriores personajes.
Esperanza Aguirre, una liberal-conservadora de pro, sin complejos, pragmática y decidida sería una excelente presidenta del gobierno.
Rosa Díez, una socialdemócrata sin baba y con un criterio sólido de lo que debe ser un país, podría ser o bien una excelente aliada de la Sra. Aguirre, o una excelente líder de la oposición.
Y finalmente Montserrat Nebrera, una mujer de convicciones firmes sobre el encaje de una Cataluña catalana leal a España y a la constitución, podría presidir la Generalitat con muchísima dignidad.
Estas tres mujeres juntas o separadas tienen la capacidad potencial de regenerar este país, de ponerlo de arriba abajo, de recuperar el espíritu de unidad, de iniciativa, de libertad, de responsabilidad, y hacernos volver a creer que somos una gran nación, una de las más grandes naciones de Europa, en la que se hablan distintas lenguas y existen diferentes identidades culturales, pero donde todos sumamos y nadie resta.
Dejemos de conformarnos, no debemos permitir esta clase política, somos mucho mejores que ellos, mucho mejores.
Necesitamos una alternativa al desgobierno, al socavamiento de nuestra identidad colectiva, al multiculturalismo rampante que amaga el odio contra todos los símbolos de nuestra tradición cultural europea. Necesitamos recuperar la energía vibrante que moviliza los corazones y rompe con las cadenas de lo políticamente correcto, amalgama de estupideces teóricas que solo sirven para deteriorarnos anímicamente tanto a nivel individual como colectivo.
Perdón por el mitin, pero creo que ¡ya está bien!, ¡ya está bien!
Quizás estas tres mujeres…

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