Lo que hoy vivimos con la pandemia del SARS-Cov-2 es literalmente pánico. Nada podemos hacer contra un enemigo al que no podemos ver ni tocar, un mal al que sólo conocemos por sus devastadores efectos.
Por fin llegó la hora de su venganza: las feas tienen el poder, las maritornes y las viragos son las abadesas de ese convento de endemoniadas que es el Ministerio de Igualdad.
Los grandes banqueros y los caciques del IBEX-35 no tienen el menor empacho en compadrear con los supuestos “rojos” de este Gobierno, que es el más sumiso que jamás haya existido frente a las exigencias de la plutocracia planetaria.