Estamos ante un cambio radical en las reglas del juego que vacía por completo nuestras nociones habituales de democracia y libertad.
Quien nos iba a decir que acabaríamos teniendo que defender a las feministas, porque ya no tienen quien las quiera ni las defienda.
Los ingleses tienen sus manías, ya se sabe, algunas tan pintorescas como cuidar sus fronteras y regular la situación administrativa de quienes habitan en aquellas remotas islas.
Progres de izquierdas y liberaloides de derechas, tanto monta, monta tanto. Con ambos, con su nihilismo destructor, es con lo que hay que acabar.
La vida de los negros católicos no importa
“Díganles a mis hijos que les amo”, declaró Simone Barreto, esa negra brasileña asesinada en Niza por un tunecino musulmán mientras estaba asistiendo a misa el pasado 29 de octubre en la Basílica de Notre-Dame de Niza.
"Al hombre blanco europeo se le conmina a que se comporte como una mujer", dice Éric Zemmour.
