2020 será el fin de muchas cosas. Dejará una huella aún mayor que la de 1989 o 1968. Hay que remontarse a 1945 para encontrar una encrucijada tan relevante.
La plaga del coronavirus, cuyas consecuencias apenas hemos empezado a paladear, nos ofrece una ocasión inmejorable para cambiar nuestra desquiciada forma de vida.
Hay que andarse con ojo, no vayamos a ir por la vida de rebeldes con causa y críticos del sistema, pero luego sólo valoremos a los escritores y pensadores que reciben premios oficiales y/o a los que copan la lista de autores más vendidos.