En eso consiste la gran música: en que, pase el tiempo que pase, provenga de donde provenga y sea quien sea su autor, siga pellizcando algo en el interior del oyente.
Es esa palabra, «descivilización», la que ha prendido el fuego. «Macron utiliza los términos de la extrema derecha», denuncia la prensa de izquierda (o sea, casi toda).