"El 13 de febrero de 1955, Ruano visitó a José María Pemán en su discreto departamento madrileño en la calle de Felipe IV, frente a la Real Academia Española."
Mientras declina la luz en el epílogo de esta tarde, me acerco a uno de los anaqueles de mi biblioteca. Allí duermen, abarrotados, una legión de autores franceses.
Inclasificable e inhabitual como libro, pero rico en citas de clásicos y de autores canónicos. Aparentemente disperso, pero de una elegantísima coherencia en su estructura y su estilo.
"Y pensar que después que yo me muera, / aún surgirán mañanas luminosas. / [...] Y pensar que, desnuda, azul, lasciva, / sobre mis huesos danzará la vida."