Tamames cometió el error de hablarles como adultos. Ellos desplegaron sus frescas artes de volatineros. No ganó ni perdió ayer un programa. Ganó –o perdió– un equipo de maquilladores, modistos y domadores circenses. El escenógrafo que concibió ese gran guiñol acertó.
El aspectismo discrimina a la mujer, y eso es grave. Se puede ser ministra por guapa, pero nunca por cajera. Por eso salen torcidas las leyes de igualdad.
Froilán caminaba con decisión por el pasillo aunque todavía se reconocía bastante achispado. Tenía razones para estarlo: la mañana anterior, su madre se levantó empoderada y sin haberse tomado las pastillas antes de acostarse, así que le dio por ir al Registro Civil a inscribirse como Rodolfo.