'Antonio' en el zoco

¿Cómo resistirse a tomar la pluma cuando uno ve bajar del avión a Antonio (es decir, a un tal doctor Sánchez) con una guayabera que parece sacada del fondo de armario de Fulgencio Batista?

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Es que van provocando. Le juro al paciente lector que no tenía la menor intención de escribir sobre él: I would prefer not to, pero, al contrario que Bartleby, no puedo callar ni mantener la boca cerrada. ¿Cómo resistirse a tomar la pluma cuando uno ve bajar del avión a Antonio (es decir, a un tal doctor Sánchez) con una guayabera que parece sacada del fondo de armario de Fulgencio Batista? Lo siento, es como lo de la rana que ayuda a cruzar el río al escorpión y éste, en la mitad del periplo, le pica con su aguijón. Es una tentación demasiado fuerte. Y, luego, lo de la visera, detalle que combina con difícil arte lo cateto y el adlib. Un auténtico trendhunter, nuestro presidente. Empezaba a echar de menos a Irene Montero, pero siempre nos quedará Antonio.

No está mal que visite el continente africano el doctor Sánchez, pues conviene que no confunda Kenia con Senegal, como hizo en su último viaje de Estado; además, mezclar el placer y los negocios no es mala filosofía. Y más si los affaires son con su socio alauí, con quien mantiene una gran intimidad desde que los dos comparten el mismo teléfono. Bien se puede hoy decir que Marruecos empieza en los Pirineos. O quizá no. Al otro lado también tienen lo suyo.

Es normal que Sanchez visite Marrakech, lo que chirría un poco es ese atuendo entre hortera y pijo, que habrá sido el asombro de los bobós parisinos con riad y criados en la medina de la capital del sur. El fantasma de El Glaui se habrá revuelto en su tumba. No sé si Antonio sabe que un escritor llamado Juan Goytisolo vivió por aquellos andurriales y dejó escrito mucho y bueno sobre la plaza de Jemaa el-fnaa, donde se reúnen todos los honestos cuenta cuentos, carteristas, morabitos, encantadores de serpientes, sacamuelas y pícaros del sultanato. No hay mejor sitio para el cambalache, el regateo, el trueque, el tocomocho y los triles. Aquí preparará, mejor que en ningún otro sitio, la nueva legislatura este mixto de conde don Julián y vitellone habanero de la era del mambo.

Aclaración para liberal-conservadores-de-centro-reformista: las vacaciones todo incluido le han salido casi gratis a Antonio. El precio ha sido el Sáhara. No hay por qué hacer demagogia patriotera y populista. La disciplina presupuestaria es ejemplar.

 

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