Autor:

Aquilino Duque

Un poeta y, además, un señor

Aquilino Duque: Pemán en su tiempo y el nuestro

por Aquilino Duque

Los veinticinco años de la muerte de don José María Pemán se conmemoraron en Cádiz con una exposición en la que fue su casa de la plaza de San Antonio, hoy casa museo, y en Sevilla con una antología de sus artículos literarios (Siluetas literarias) hecha y prologada por el poeta Juan Lamillar. No es la primera vez que Juan Lamillar se ocupa de una figura literaria de un período histórico todavía polémico, y lo hace, pese a su juventud, con una atención tan escrupulosa que parece haber conocido esa época de primera mano y no meramente a través de lecturas y consultas. Yo recomiendo siempre su biografía de Joaquín Romero Murube, a quien traté mucho, y no tengo ninguna objeción seria que hacer a esta semblanza de Pemán, a quien traté algo. 

¿Hay que beatificar a Fernando Fernán Gómez?

El placer

por Aquilino Duque

En su denodado esfuerzo por adaptarse a la corriente de los tiempos, el diario ABC daría en la flor de atraerse a sus terceras a “la crema y el patchoulí”, que diría el P. Coloma de sus réprobos de antaño, entre ellos el recientemente fenecido Fernán Gómez, que pudo así ilustrar a la burguesía bien pensante con loas al Manifiesto Comunista y al oficio más viejo del mundo. Esto último es algo que aludo, sin dar nombres, en este trabajo incluido en un libro mío inédito y que reproduzco ahora en homenaje si se quiere a tan eximio actor y lamentable ciudadano.

Ni derecha ni izquierda: arriba o abajo

Maestros de juventudes: Dionisio, Aranguren, Rosales

por Aquilino Duque

Dionisio Ridruejo, Laín, Tovar, Aranguren… Nombres del antifranquismo que, sin embargo, empezaron formando parte del régimen. El libro de César Alonso de los Ríos Yo tenía un camarada los ha devuelto a la actualidad. Aquilino Duque los conoció a todos. También a otros grandes nombres de la cultura española de la época, como María Zambrano, en el exilio, o Luis Rosales, en Madrid. En este texto, el escritor recuerda a sus “maestros de juventudes”, con especial atención a Dionisio Ridruejo. Y una reflexión de largo aliento: “Cuando se pone la cultura por encima de la política, no se está a la derecha o a la izquierda, sino arriba o abajo. Todo es cuestión de verticalidad”.  “Yo tenía un camarada&r