Un poeta y, además, un señor
Un poeta y, además, un señor
¿Hay que beatificar a Fernando Fernán Gómez?
En su denodado esfuerzo por adaptarse a la corriente de los tiempos, el diario ABC daría en la flor de atraerse a sus terceras a “la crema y el patchoulí”, que diría el P. Coloma de sus réprobos de antaño, entre ellos el recientemente fenecido Fernán Gómez, que pudo así ilustrar a la burguesía bien pensante con loas al Manifiesto Comunista y al oficio más viejo del mundo. Esto último es algo que aludo, sin dar nombres, en este trabajo incluido en un libro mío inédito y que reproduzco ahora en homenaje si se quiere a tan eximio actor y lamentable ciudadano.
Ni derecha ni izquierda: arriba o abajo
Dionisio Ridruejo, Laín, Tovar, Aranguren… Nombres del antifranquismo que, sin embargo, empezaron formando parte del régimen. El libro de César Alonso de los Ríos Yo tenía un camarada los ha devuelto a la actualidad. Aquilino Duque los conoció a todos. También a otros grandes nombres de la cultura española de la época, como María Zambrano, en el exilio, o Luis Rosales, en Madrid. En este texto, el escritor recuerda a sus “maestros de juventudes”, con especial atención a Dionisio Ridruejo. Y una reflexión de largo aliento: “Cuando se pone la cultura por encima de la política, no se está a la derecha o a la izquierda, sino arriba o abajo. Todo es cuestión de verticalidad”. “Yo tenía un camarada&r