Cambia el aire del tiempo. No es (aún) ningún tornado, pero cambia
Ver y padecer el decrecimiento del bienestar general. Achicado el margen de adquisición y consumo. Alejada la esperanza de tener un puesto de trabajo, o tenerlo bien remunerado, etc. Todo eso es una cosa, y otra diferente, es aceptar la realidad, llamarla por su nombre verdadero y asumir el esfuerzo de buscar una alternativa. O, al menos, identificar la razón que lo provoca y rechazarla.
Una de las características de nuestro tiempo es la tendencia, sin duda programada, a llenar de contenido absoluto ciertas palabras cuyo sentido, positivo o negativo, depende en gran medida de las circunstancias. De ahí que, por poner un ejemplo, la palabra "tolerancia" haya adquirido categoría de valor incuestionable cuando hay y suceden tantas cosas que son intolerables.