Su sacrificio, hace diez años,, en la catedral de Notre-Dame tenía como trasfondo todo un código de vida y ética. Cabe condensarlo en la tríada: "la naturaleza como base, la excelencia como objetivo, la belleza como horizonte".
Ya habíamos dado la noticia cuando saltó hace algunas semanas. Emitimos entonces algunas reservas en cuanto a su veracidad; pero ahora no sólo se confirma, sino que se robustece con más explícitos y contundentes datos.
No combatiremos el wokismo explicándoles que están equivocados y que es estúpido, sino ofreciéndoles otra “gran narrativa”, otro relato, otro Bien y otro Mal.