El “arte” contemporáneo fue lanzado como una operación de la CIA

La intención era presentar a Estados Unidos como un bastión de la libertad intelectual y creativa.

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Exfuncionarios de la CIA lo confesaron en los años 90, confirmando que la agencia utilizó el arte abstracto de Jackson Pollock, Willem de Kooning y otros para promover la cultura estadounidense durante la Guerra Fría.

La intención era presentar a Estados Unidos como un bastión de la libertad intelectual y creativa. Con ello se pretendía rebatir las afirmaciones soviéticas de que Estados Unidos era "culturalmente estéril" y contraponerlo al confinamiento cultural del imperio soviético, donde los artistas se habían visto restringidos a pintar el realismo soviético desde los años 30.

El expresionismo abstracto se consideraba la forma más libre y extrema de expresión artística, la antítesis de la rigidez soviética. El arte moderno se convirtió, de tal forma, en un arma en la guerra cultural contra el comunismo.

A partir de los años 50, la CIA financió en secreto un grupo llamado Congreso para la Libertad Cultural, a través del cual canalizó dinero a exposiciones internacionales de arte y revistas literarias, al tiempo que gestionaba docenas de oficinas en todo el mundo, todo ello con el objetivo explícito de promover el expresionismo abstracto norteamericano.

Estos esfuerzos, acuñados como operación de largo alcance, pretendían demostrar a los soviéticos descontentos y a los intelectuales europeos que los pintores norteamericanos eran libres para inventar y ofender, a diferencia de lo que ocurría bajo la tiranía comunista, donde "los artistas se convierten en esclavos y herramientas del Estado", como dijo Eisenhower en una ocasión.

Paradójicamente, en aquella época las obras de Pollock y de Kooning ni siquiera gozaban de gran popularidad entre el público estadounidense, y los intentos anteriores, más abiertos, de promover el nuevo arte estadounidense por parte del Departamento de Estado habían sido objeto de burlas generalizadas. Incluso el presidente Truman declaró: "Si eso es arte, soy un hotentote", cuando visitó una exposición adquirida por el DOS.

Por tal motivo, y porque habría sido imposible conseguir apoyo para un proyecto así a través del Congreso, fue necesario desplegar una operación encubierta por parte de la CIA para impulsar en secreto el Expresionismo Abstracto.

No será nuestra revista, no, la que alabe el "arte" contemporáneo

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