Se acaba de inaugurar el Festival de Cine de Cannes de este año y, desde el principio, esta 77.ª edición se ha dedicado a censurar y perseguir: listas de nombres de actores depredadores circulan bajo capa y se expondrán a la vindicta de la Croisette. En el cine, como en todas partes, el hombre blanco es culpable, inevitablemente culpable.