Un africano islámico asesina a un soldado en Londres. La maldita modernidad conlleva paradojas malditas. El africano dice que eso sucede en su país todos los días y a nadie le importa. Se supone que se refiere a lo que sucede por obra y gracia del llamado "Occidente" y no por las muertes que los africanos se propinan entre ellos.